A los dos o tres años los niños están en un periodo en el que la realidad y la fantasía no son fáciles de separar, de ahí los miedos a que haya monstruos debajo de la cama o a los unicornios, por ejemplo.

También es un periodo en el que los niños tienen amigos imaginarios, desde un amigo invisible a un osito de peluche que cobra vida. Con ellos jugarán, hablarán y se pelearán.  A través de ellos y gracias a ellos, los niños expresan sus sentimientos, proyectan sus miedos, aumentarán su confianza y desarrollarán habilidades sociales.

Si habéis visto la película Al revés, acordaros de Bing Bong, el amigo imaginario de Riley, la protagonista. Todo él es una mezcla de animales y de algodón de azúcar, algo que les encanta a los niños. Con el paso del tiempo y al hacerse mayor la protagonista, Bing Bong va desapareciendo hasta ser solo un recuerdo.

¿Quién no ha tenido un amigo imaginario?

Los imaginarios narra la historia de Rudger, el mejor amigo de Amanda. Rudger no existe y solo Amanda puede ver a su amigo imaginario. Pero un día el señor Bunting llama a su puerta. Y quiere llevarse a Rudger. Algunos dicen que Bunting se alimenta de amigos imaginarios. La única solución es que Rudger huya solo.

Este libro es una llamada a la imaginación y hará que los adolescentes y adultos vuelvan a sentirse niños. Además, hay una historia de intriga y misterio que los protagonistas deberán resolver.

Por eso desde Boolino os proponemos este libro juvenil tan bonito. Un regalo perfecto para los amantes de la fantasía y de las ilustraciones maravillosas que aparecen páginas tras página y cobran vida al pasar las hojas.